La serotonina es un neurotransmisor, una sustancia química que transmite señales entre las células nerviosas (neuronas) del cerebro y del cuerpo. Es conocida por su papel crucial en la regulación del estado de ánimo, produciendo sensación de bienestar y felicidad. Niveles bajos de serotonina están vinculados con la depresión y la ansiedad.
También juega un papel importante en otras funciones:
Ciclo de Sueño-Vigilia: La serotonina ayuda a regular el ciclo del sueño, influyendo en la producción de melatonina, la hormona que controla los patrones de sueño.
Función Gastrointestinal: Aproximadamente el 90% de la serotonina del cuerpo se encuentra en el tracto gastrointestinal, donde regula el movimiento y la función intestinal.
Control del Apetito: La serotonina juega un papel en la regulación del apetito, promoviendo la sensación de saciedad.
Regulación de la Temperatura corporal: Ayuda a mantener la temperatura corporal dentro de rangos normales.
La serotonina como tal, no puede obtenerse directamente de los alimentos. Pero si puede sintetizarse a partir del triptófano, un aminoácido esencial que se obtiene de algunos alimentos como:
- Pavo: Una de las fuentes más conocidas de triptófano.
- Pollo
- Pescado (principalmente salmón, bonito -que es temporada- y el atún)
- Huevos (particularmente la yema es rica en triptófano).
- Lácteos: Leche, yogur y quesos, Kéfir.
- Frutos secos y semillas: Almendras, nueces, semillas de calabaza y semillas de sésamo.
- Legumbres: Alubias, lentejas y garbanzos.
- Avena: Tan versátil en el desayuno, estupendo para el colesterol y el sistema digestivo y también aporta triptófano.
- Chocolate con alto porcentaje en cacao: Contiene magnesio y triptófano que ayudan a mejorar el estado de ánimo.
- Plátanos: Además de ser ricos en potasio, también contienen triptófano.
Así que incluir estos alimentos en tu dieta, puede ayudar a aumentar los niveles de serotonina, que incidirá positivamente en tu estado de ánimo y la calidad de tu sueño.